Cuento El tronco triste

Cuento El tronco triste

Cuento: El tronco triste

Había una vez un pequeño tronco que se sentía muy triste porque no tenía ninguna flor que la adornara. En un jardín cercano, vivía una hermosa rosa que era admirada por todos los visitantes del lugar. El tronco estaba enamorado de la rosa, pero no sabía cómo acercarse a ella.

Un día, lel tronco decidió hablar con la rosa y le preguntó cómo había logrado ser tan hermosa. La rosa le respondió que todo era cuestión de cuidados y amor. Le contó cómo había sido cuidada desde pequeña, cómo le habían dado la cantidad adecuada de sol y agua y cómo se había esforzado por crecer y florecer.

El tronco quedó maravillado con la historia de la rosa y decidió que él también quería ser cuidado con tanto amor y esmero. Así que, se propuso buscar a alguien que quisiera cuidarlo y ayudarlo a crecer.

Después de mucho buscar, el tronco triste encontró a una anciana muy amable que se ofreció a cuidarlo. La anciana le dio la cantidad adecuada de tierra, agua y sol, y el tronco comenzó a crecer y a fortalecerse. Poco a poco, comenzaron a aparecer pequeñas hojas verdes.

El tronco se sentía muy feliz por los cuidados que estaba recibiendo y por el amor que le estaban dando. Un día, mientras la anciana la regaba, el tronco se dio cuenta de que había flores brotando. Eran pequeñas y tenían un color pálido, pero para él eran las más hermosas del mundo.

el tronco entendió que, al igual que la rosa, él también podía ser hermoso si recibía los cuidados y el amor que necesitaba. Aprendió que, aunque al principio parezca difícil, siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos y a cuidarnos si lo buscamos con ganas. Desde entonces dejó de llamarse el tronco triste y pasó a ser el tronco de la felicidad.

Moraleja: Si queremos mejorar aspectos de nuestra vida, debemos buscar a alguien que nos guíe con amor, que nos oriente, nos impulse, nos anime, y debemos poner de nuestra parte para crecer y ser fuertes como el tronco que al principio era triste y luego logró su ideal. No debemos tener miedo de pedir ayuda y buscar a alguien que nos guíe en el camino hacia nuestra felicidad.

FIN.

©Versión de Ross Durango / Lic. en español Y literatura

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