Cuento La Estatua

Cuento La Estatua

Cuento: La Estatua

Había una vez una estatua que estaba ubicada en una plaza muy concurrida de la ciudad. Era una figura de mármol blanco que representaba a un importante héroe de la historia local. La estatua era muy hermosa y, gracias a su ubicación, era vista por cientos de personas cada día. Sin embargo, la estatua estaba muy triste porque no podía ver el mundo que la rodeaba. Solo podía ver hacia adelante y no podía moverse para explorar el mundo.

Un día, un niño curioso llegó a la plaza y notó la tristeza de la estatua. El niño se acercó y le preguntó por qué estaba tan triste. La estatua le explicó su problema y le pidió ayuda para poder ver el mundo que la rodeaba.

El niño decidió hacer algo al respecto. Buscó a su padre, quien era un artista muy talentoso, y le pidió que hiciera una pintura de la plaza desde la perspectiva de la estatua. El padre aceptó y en pocos días terminó la pintura. El niño se la llevó a la estatua y se la mostró.

La estatua quedó maravillada al ver la plaza desde otra perspectiva. Pudo ver los edificios altos, los árboles, las personas caminando y los pájaros volando. Se dio cuenta de que aunque no podía moverse, podía ver el mundo de una manera diferente y apreciar su belleza desde una perspectiva única.

La moraleja de esta historia es que siempre podemos encontrar una manera de ver las cosas desde una perspectiva diferente. A veces nos enfocamos tanto en lo que no podemos hacer o en las limitaciones que tenemos, que nos olvidamos de las oportunidades que tenemos para apreciar y disfrutar el mundo de manera diferente.

Debemos aprender a valorar lo que tenemos y encontrar la belleza en todo lo que nos rodea, incluso si no podemos verlo todo desde una sola perspectiva.

©Versión de Ross Durango / Lic. en español Y literatura

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