El segundo que cambió la vida de Maguie y su familia

Cuento: El segundo que cambió la vida de Maguie

Cuento El segundo que cambió la vida de Maguie y su familia

Era un día de enero y Maguie se alistaba para ir a trabajar. Ella era la directora de una agencia de publicidad, hoy tenía un día importante, debía presentarle a un cliente una propuesta para promocionar su nuevo producto. Era el proyecto de su vida, el que probablemente le iba a dar trabajo durante el año.

En el invirtió todo el tiempo de vacaciones de sus dos hijos, con quien no pudo ni disfrutarlas, ni siquiera los días especiales de diciembre.  Pensó que más adelante lo haría, que habría tiempo para hacerlo, sin embargo, el futuro pintaba diferente.

Al tiempo que se alistaba, Susan y Brad, sus dos hijos de 14 y 12 años respectivamente, se organizaban para ir al colegio, ya casi llegaba la ruta por ellos.  Su esposo también estaba listo para iniciar su jornada.  Todos se despidieron, Maguie tomó su carro y se marchó rumbo a su oficina. 

De camino al trabajo, recibió una llamada, era su esposo quien le dijo que había olvidado decirle cuanto la amaba, ella afanada le dijo que también lo amaba, pero le colgó de inmediato porque en ese momento entró una llamada de la oficina y para contestarla buscó sus audífonos, al bajar la mirada por un segundo se pasó el semáforo en rojo y un carro la embistió. 

Fue un momento de confusión, Maguie quedó inconsciente, llegó la ambulancia y se la llevó a la clínica más cercana. Al llegar entró a cirugía de inmediato, su estado era delicado, estaba perdiendo mucha sangre, pues el golpe le afectó varios órganos.

La clínica dio aviso a su familia, para informarle de lo sucedido.  El esposo llegó al poco tiempo y a sus hijos la misma ruta los trasladó hasta el lugar.  Los médicos no daban muchas esperanzas de vida, Maguie tenía un derrame interno que limitaba el trabajo de los galenos, pero ellos estaban dispuestos a hacer todo su esfuerzo. 

Mientras tanto, en la sala de espera su familia oraba y suplicaba a Dios un milagro.  El esposo se preguntaba por qué ella tenía que estar así.  Sus hijos se cuestionaron porque justamente esa mañana no le pudieron dar el beso acostumbrado a mamá.  Era un momento de lamentaciones, de reflexión, que llegó inesperadamente. 

En la sala de cirugía el alma de Maguie salió de su cuerpo y asombrada vio el estado en el que se encontraba, los médicos luchaban por salvar su vida, ella también se aferraba porque pensaba en sus hijos, su esposo y sus padres.

Se dijo: “Si hubiese estado más atenta y concentrada en manejar, quizás no estaría aquí”, Quizás si esa tragedia no hubiera llegado a su vida, no se hubiera detenido a pensar en lo que dejó de hacer por los afanes en que andan las personas hoy en día.

De repente sintió que el aire le faltaba, los médicos decían: “se nos va, empecemos con los choques”. Su corazón se detuvo y ella se invadió de angustia, pensó en el tiempo que le faltaba vivir con su familia, el tiempo que le negó por estar trabajando, porque esa era su prioridad.  De inmediato empezó a orar y a pedirle a Dios que le diera una segunda oportunidad para hacer las cosas bien, para hacer lo correcto.

En ese momento expiró profundamente y así volvió a la vida, volvió a nacer, su petición tuvo una respuesta, que ella estaba dispuesta a cumplir.  Los médicos lograron estabilizarla, no se explicaban que había ocurrido, porque sus probabilidades de vida eran pocas, ellos indiscutiblemente estaban frente a un verdadero milagro.

Después de 7 horas de su intervención su familia fue informada sobre su estado de salud y su proceso de recuperación.  Maguie se salvó y ya estaba lista, para empezar de nuevo.  Ya estando en casa habló con su familia y les prometió dedicarles el tiempo que merecían y les pertenecía, que era su mayor promesa y su meta por lograr de aquí en adelante.

Y colorín colorado este cuento ha terminado, cuando nos volvamos a encontrar se los volveré a contar…

FIN

©Versión de Ross Durango / Lic. en español Y literatura

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