Dulce María y la Reina malvada

Cuento  Dulce María y la Reina Malvada

Cuento: Dulce María y la Reina Malvada

Había una vez una hermosa princesa llamada Dulce María, que vivía con su madre adoptiva en un castillo. La madre de Dulce María era una reina muy vanidosa y envidiosa de la belleza de la princesa. Un día, debido a su maldad decidió desaparecer a la bella niña para no tener que verla nunca más. Pidió a un criado que la encerrara para siempre en una habitación oscura que había en la parte trasera de aquel castillo viejo e inmenso.

Pero el criado, quien le había tomado especial cariño a la pequeña Dulce María decidió ayudarla a escondidas de la malvada madre. Desocupó aquel horrible lugar, lo aseó, lo pintó de color rosa claro, colocó hermosas cortinas y abrió sus ventanas. La niña al acercarse sonrió, pues desde allí podía ver las rosas más lindas del jardín y una gran cantidad de mariposas que revoloteaban en busca del más dulce polen. No pudo ocultar su felicidad, entonces el criado, sintió tranquilidad.

Un día, la malvada madre de Dulce María se enteró de que la princesa aún estaba en el castillo y que su criado de toda la vida la había ayudado, se enfureció tanto que puso sus manos en el cuello de aquel buen hombre tratando de quitarle la vida. En ese instante algo mágico ocurrió, algo que jamás sus ojos habían visto antes, el castillo se llenó de mariposas de todos los colores y empezaron a volar en círculo y muy velozmente. La reina no entendía lo que estaba sucediendo, las mariposas la fueron rodeando y en su vuelo la fueron enredando y levantando hasta llevarla lejos como formando un remolino.

No podía ser menor el castigo que merecía aquella malvada mujer por su mal corazón. Desde entonces la niña Dulce María y el fiel criado viven felices en aquel castillo que ahora está lleno de luz y color. Las mariposas revolotean por todos lados.

La moraleja de esta historia es que la envidia y la vanidad pueden llevar a las personas a hacer cosas malas y dañinas. Además, muestra que la amistad y la lealtad pueden superar cualquier obstáculo y llevar a la felicidad y el amor verdadero.

©Versión de Ross Durango / Lic. en español Y literatura

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