Cuento: El rey gruñón
Había una vez un rey que era muy gruñón, nada lo hacía feliz, todo lo criticaba y renegaba. La reina no sabía que hacer para mejorar el estado de ánimo de su esposo.
Todos los días hacía grandes fiestas para que él tuviera momentos felices, pero su alegría duraba poco, sobre todo cuando algo no le gustaba, enseguida se ponía de mal genio.
Una tarde, la reina salió al pueblo a comprar flores para el palacio. En el camino se encontró con una anciana, quien le preguntó por qué se veía triste.
La reina le contó lo que sucedía en el palacio con el Rey, la anciana le dijo que le tenía la solución. Debes quedar embarazada, eso lo volvería loco de felicidad, acabarían todos tus problemas y a mi me ayudaría mucho. La reina le preguntó, de que manera te beneficiarías con esto.
La anciana le respondió: “Vas a tener una linda bebé, cuando cumpla el año me la entregarás, para que viva conmigo. Tu podrás quedar nuevamente embarazada, le podrás dar más hijos, todos los que quieras y recuerda entre más bebés, más grande será la felicidad del rey, tanto, que se olvidará muy pronto de la bebé que me entregarás.
La anciana le recalcó a la reina: “Ya sabes nos vemos en el lago, a las 12 de la noche, trae a la niña, ven sola y no digas a nadie lo que vas a hacer”
La reina al principio se negó, pero después le prometió dar a su bebé. Así fue, la reina volvió al palacio y esa noche quedó embarazada.
Al cabo de dos semanas se confirmó la noticia, el rey era el más feliz, ya no peleaba con nadie, ya no estaba amargado, dejó de ser un gruñón, se convirtió en un hombre dulce y bondadoso.
Pasaron los meses y la bebé nació. Una hermosa niña llegó a completar la familia real. La bebé era rubia, de ojos azules, mejillas rosadas y piel blanca. Los padres estaban completamente enamorados. A la reina se le olvidó la promesa hecha a la anciana. Ya la hermosa bebé estaba a punto de cumplir el año y de repente la reina recuerda todo y le dice a su rey.
El rey idea un plan, para atrapar a la anciana en el momento del encuentro. Le dice a la reina que cuando llegue la mujer, abrace muy fuerte a la bebé y huya, que en ese justo momento aparecerán sus soldados y la atraparán.
Así aconteció, la reina hizo lo que el rey le pidió y pudieron atrapar a la anciana malvada, que pretendía robarse a la bebé.
Cuando regresaron al palacio, el rey ordenó un banquete e invitó a todos los habitantes del reino, para celebrar la vida de su hermosa princesa.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.
FIN.
©Versión de Ross Durango / Lic. en español Y literatura