Cuento Mi amigo es un ángel
Lucas nació en un matrimonio complicado, sus padres tienen problemas de convivencia y además de eso viven ocupados por culpa del trabajo. Su abuela Matilda, quien el próximo mes cumple 80 años, es quien lo cuida.
Lucas tiene 7 años, estudia en el colegio de la ciudad, es un niño responsable, respetuoso y cariñoso, pero le falta algo en su vida; tener a sus padres presentes para su felicidad completa. En el colegio todos lo quieren, sus pocos amigos siempre están pendientes que no se deprima, porque cuando ocurre, deja de ir al colegio.
Una tarde, cuando llegó a casa encontró a sus padres discutiendo, pero ese día fue diferente, su papá tenía una maleta en las manos, mientras que su mamá le rogaba que no los abandonara. Pese a las súplicas, el padre de Lucas se marchó. Desde allí la vida del pequeño se volvió aún más gris, no quería regresar a clases, sus amigos del colegio lo iban a visitar y los dejaba en la sala esperándolo, su vida cambió y a pesar de los intentos nada se lograba.
En una noche, Lucas escuchó un llanto prolongado, que venía de la habitación de huéspedes. Al abrir la puerta encontró a su madre llorando, no sabía que hacer, su madre estaba sufriendo, pero al mismo tiempo el también, sin embargo, de él nadie cuidaba o preguntaba cómo estaba o se sentía.
A la mañana siguiente, al despertar Lucas encontró una pluma sobre su cama, era muy brillante y muy blanca, el simplemente la colocó en el escritorio y bajó corriendo a desayunar, porque ese día decidió regresar al colegio, después de dos semanas de no asistir.
Ese día en el colegio sus amigos lo recibieron con aplausos y abrazos de bienvenida. Lucas por un momento sintió que todo pasaría, pero no fue así. A su mente volvieron los recuerdos de su padre marchándose de la casa y la imagen de su madre tirada en el balcón llorando. Su día en la escuela le pareció eterno.
Al volver a casa, subió a su habitación y cuando llegó notó que sobre el escritorio donde había dejado la pluma había una segunda pluma. Bajó corriendo a donde su mamá y preguntó «¿quién colocó las plumas en mi cuarto?”, su madre emocionada le dijo “seguro es tu ángel de la guarda quien te acompaña en todo momento”.
Luca supo entonces que eran cosas de Dios, pero esta vez era diferente, porque mientras sintió que su corazón latía fuerte, la imagen de un ángel se posó en frente. No había dudas, era su ángel, quien le dijo lo siguiente: “sé que no vives tiempos fáciles, pero aquí estoy yo, para que Dios haga su voluntad, no estás sólo y nunca lo has estado y juntos siempre estaremos”.
Lucas desde ese día ora más seguido, va a misa dominical y se confiesa para estar en paz consigo mismo.
Cuando está en el colegio, ansía volver pronto a casa, para volver a ver a su amigo; a su ángel de la guarda.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado, cuando nos volvamos a encontrar se los volveré a contar…
FIN
©Versión de Ross Durango / Lic. en español Y literatura